jueves, 8 de septiembre de 2011

Vidente natural

VIDENTE NAURAL Y TAROTISTA PROFESIONAL


Siempre me interesó el mundo de la videncia y desde hace 20 años he estudiado runas, tarot, numerología y quiromancia, pero, al principio, siempre como una curiosidad.

Sin embargo, hace 14 años, al faltar de mi lado una persona muy importante para mí, empecé a sentir cosas que, al principio no entendía, a intuir sentimientos y acontecimientos que después ocurrían, a ver y a sentir cosas. Nunca me asustó esa capacidad y la dejé crecer porque la considero un don con el que puedo ayudar.

Conecto con tus sentimientos y tus necesidades. Solo necesito saber tu nombre, tu edad y tu signo y visualizarte. La videncia y el tarot hacen el resto porque yo soy un mero canal por el que ellas se expresan y sé que juntos podremos ver la mejor manera de solucionar ese problema que te preocupa.

Si no sabes que va a pasar con él o con ella, si quieres cambiar de trabajo y necesitas saber si será para mejor, herencias, cualquier duda.....llámame y juntos lo resolveremos.

Vidente Teléfono gracias a la invención del teléfono


La invención del teléfono

<<Vidente teléfono >>
Históricamente la invención del teléfono se le ha atribuído al escocés-norteamericano Alexander Grahan Bell; no obstante, en junio de 2002, el Congreso de Estados Unidos reconoció que el teléfono fue concebido por un desconocido inmigrante italiano llamado Antonio Meucci ¿increíble verdad?Tal como lo han afirmado desde décadas los libros de texto en Italia, el inventor italiano Antonio Meucci es el verdadero inventor del teléfono, por lo que Alexander Graham Bell se "robó" la idea de uno de los medios de comunicación más importantes en la historia.
Así lo reconoció el Congreso de los Estados Unidos, quien la pasada semana aprobó, por aclamación, un documento en el que se reconoce al italiano como "inventor del teléfono" y se resalta "su extraordinaria y trágica" carrera científica. "La vida y logros de Antonio Meucci deben ser reconocidos, así como su trabajo en la invención del teléfono".
El documento también reconoce que la muerte de Meucci hizo que se olvidase el proceso legal que había iniciado contra la Western Union (que apoyó a Graham Bell para impulsar su "invento") por lo que concluye señalando su aportación a una invención capital para toda la humanidad.
Esta aceptación ha sido recibida en Italia como la victoria póstuma de un personaje maltratado por la historia, y ha tenido eco en los medios de comunicación del mundo porque los estadounidenses han tenido que reconocer que un extranjero es el verdadero inventor del medio. Los congresistas admitieron que, de haber contado con aquellos diez dólares, "Bell no hubiera podido patentar el invento del teléfono como suyo".
Alrededor del año 1854, Meucci, un inmigrante florentino y de escasos recursos económicos, construyó un teléfono mecánico (no eléctrico) para conectar su oficina con su dormitorio ubicado en el segundo piso, debido al reumatismo de su esposa.
Fue hasta 1871 cuando en Nueva York depositó una demanda de patente de su invento, el "teletrófono"; sin embargo, en 1873 debía renovar la patente, cosa que no hizo por carecer de 10 dólares.
En 1874 presentó su prototipo a la telegráfica Western Union. Dos años después, el italiano se enteraba que celebraban la "invención" del teléfono por el investigador de origen escocés Graham Bell, patrocinado por la Western Union.
En ese momento inició una larga batalla legal con la poderosa compañía y aunque en 1887 un tribunal de Nueva York le dio la razón, no pudo reclamar parte de los beneficios económicos del invento ya que su demanda de patente había caducado muchos años antes.
Meucci falleció pobre y amargado en 1889 y jamás vio la gloria y el reconocimiento de su talento, el cual chocó con su escaso conocimiento del inglés y su poca desenvoltura ante las artimañas legales y los ingentes intereses económicos de las grandes corporaciones de Estados Unidos.

www.tarottelefonico.es

El primer teléfono surgió a través de una serie de experimentos de telegrafía. En 1873, Alexander Graham Bell, profesor de filosofía vocal de la Universidad de Boston, comenzó a interesarse en el estudio de la telegrafía múltiple. Concibió la idea de lo que llamo un telégrafo armónico, capaz de enviar mensajes simultáneamente distintos mensajes por un solo cable, utilizando para ello varios pares de resortes de acero.

FUNCIONAMIENTO DEL TELÉFONO ACTUAL

El transmisor moderno tiene una cámara llena de gránulos de carbón ubicados detrás de un diafragma. La corriente eléctrica pasa a través de esa cámara de carbón y del hilo conductor. La voz humana hace que el diafragma oscile en vaivén. Cuando esto sucede, los gránulos de carbón quedan, alternadamente, más o menos ligados entre si. Esto provoca cambios correspondientes en la intensidad de la corriente que se dirige hacia el receptor. En el receptor telefónico hay un electroimán dispuesto de manera que atrae un delgado diafragma de hierro. De acuerdo con la mayor o menor intensidad de la corriente que llega hasta el receptor, el diafragma será atraído también más o menos fuertemente. La vibración del diafragma hace que el aire circundante vibre y transmita los sonidos.

PERFECCIONAMIENTOS POSTERIORES

En la construcción del teléfono se hicieron distintas mejoras. Las nuevas modificaciones permitieron la fabricación de un aparato mucho más simple y compacto.

A continuación enumeramos algunos de los logros más notables:

1) La invención del conmutador o tablero de distribución, sin el cual no hubiera sido posible interconectar ningún grupo de teléfonos. Este fue el comienzo de la central telefónica.

2) El descubrimiento del proceso del endurecimiento del alambre de cobre, lo cual mejoro la transmisión y posibilito los circuitos telefónicos de línea abierta a larga distancia.

3) El uso del cable coaxial disminuyo las perturbaciones provocadas por circuitos adyacentes de energía, o por otros circuitos telefónicos, perfeccionando en gran medida la transmisión.

4) El desarrollo de los sistemas de conmutadores automáticos hizo posible una enorme expansión de la telefonía local y de larga distancia.

5) La retransmisión radial se desarrolló como un complemento de la comunicación por línea, y en el momento actual proporciona millones de kilómetros de circuitos telefónicos en todo el territorio de los Estados Unidos.

6) Invención del transistor. El reducido tamaño y los bajos requerimientos de la energía de este dispositivo electrónico abrieron el camino a sistemas telefónicos más compactos y eficientes.

7) La transposición de circuitos telefónicos permitió reducir al minino la interferencia de otros, y de líneas de luz eléctrica y de energía.

8) El perfeccionamiento del cable subterráneo permitió eliminar líneas y postes en las calles de las ciudades, y el del cable aéreo redujo en obras el número de crucetas y el tamaño de los postes.

9) Las mejoras en los diseños en los cables aumentaron el número de alambres que pueden colocarse dentro de la vaina de un cable de tamaño determinado.

10) El desarrollo de las aleaciones magnéticas, permitieron reducir el tamaño de los cables telefónicos.

11) El perfeccionamiento de los cables submarinos, incluyendo el uso del cable coaxial y de las repetidoras submarinas, que pueden funcionar bajo las presiones que existen en las profundidades.

12) El uso de microondas para la transmisión de señales.

13) El desarrollo del láser. Los usos futuros del láser incluirán la transmisión de mensajes. Un láser de helio-neón puede conducir 10,000 conversaciones telefónicas simultáneas.

14) La investigación en fibras ópticas. Los haces de fibras ópticas pueden transmitir, teóricamente, un número mucho mayor de mensajes que los cables convencionales.

15) La invención de los satélites de comunicación, y la difusión de su uso.

Como se muestra a continuación:

CONCLUSIONES tarot telefonico

En conclusión el teléfono no solo es un aparato que en si está rodeado de cables y más demás cosas, pero si podemos asegurar que es uno de los mejores sistemas de comunicación globalmente, no se puede decir que es el mejor, porque aún hay mucho mejores que este pero, si que fue el iniciador de la comunicación actual.


consultar tarot por telefono

Videncia tarot
Estoy aquí para ayudarte. Soy sincera en mis respuestas, directas, inmediatas y claras, sin necesidad de esperar, ni hacer que pierdas tu tiempo.

35 años me avalan y desde entonces ejerzo mi profesión y mi ayuda única y exclusivamente para tí, sin confusiones y con respuestas claras a tus preguntas.

Cuando eres niña no entiendes lo que te ocurre, lo descubres a lo largo de los años, por los múltiples acontecimientos que te va brindando la vida, una videncia natural que ya tenía mi abuela materna.

Siendo ya adolescente, opté por expandir mi providencia en distintos programas de radio. Estudié el Tarot de Marsella, la baraja española, astrología, numerología y el uso de la bola de cristal.

Este flujo de energías que te envío de corazón hacen que te ayuden a encontrar el camino de LA FELICIDAD, el motor de la vida... Por supuesto, te ayudaré a tomar decisiones correctas, con mi mayor lealtad y sinceridad.

Por todo ello, quisiera ser, a partir de ahora, tu tarotista, tu astrologa, tu vidente, pero ante todo tu amiga y confidente.
Siempre daré gracias al sentirme privilegiada por poder ayudar a mis semejantes.

Estoy a tu entera disposición,
Mi voz y mi luz serán la brújula del camino de tu vida.


Un fuerte abrazo.

Videncia online

La Videncia natural

Desde todos los tiempos, algunos hombres y mujeres deslumbraron por sus videncias naturales, estas personas capaces de predecir hechos futuros, ya sean generales o particulares, se decían poseedores de una don natural, un don que les posibilitaba tener videncias sobre el futuro, tema que siempre despertaba el interés de todas las personas. Generalmente estaban asociados con la medicina natural, en muchos casos tenían conocimientos de astrología y cabalística. Consultados por reyes y campesinos, poseían una habitual noción sobre los asuntos espirituales, eran considerados verdaderos sabios y muchos monarcas de la época, los incorporaban a su séquito, ya sea como amigos o asesores personales.
Las videncias más famosas de la historia, con excepción de los profetas sagrados de la biblia, y este fue sin duda alguna Nostradamus. Sus videncias sorprendieron a toda Europa, en poco más de 15 años su fama se propagó rápidamente, reyes y reinas, sin contar a personajes menores, se interesaron por sus increíbles videncias y sus exactas predicciones, les mandaron llamar de una tranquila casa en la pequeña ciudad provenzal de Salón, para poder utilizarlo como astrólogo y vidente.

Videncia Amor

Efectivamente, para nuestra felicidad o para nuestra tristeza, el amor está presente de forma constante en nuestra vida diaria. Podría decirse que el amor influye tanto en nuestra vida, del mismo modo que podemos afirmar que la muerte es inevitable. Cuando el amor nos hace felices, no estamos pensando permanentemente en él pero, cuando el amor nos trae angustia, tristeza y, en ocasiones, hasta soledad, el amor nos duele e influye tanto en nuestra vida diaria que pensamos en todas las soluciones posibles con tal de salir de ese abismo negro y poder reencontrarnos nuevamente con la felicidad. Por supuesto, nadie dice que esto sea sencillo. Muy por el contrario, el amor que nos hace sufrir es un amor complejo. ¿Cómo hallar la solución para evitar el sentimiento de tristeza, en algunas ocasiones de abandono, pérdida, frustación… y tantas otros sentimientos que nos hacen desdichados? La videncia es un camino y los videntes son expertos en cuestiones de amor.

Uno puede pasar un rato en el gimnasio, en un cuarto de baño, en los aseos. Uno puede mirarse al espejo e intentar recuperar la confianza pero, interiormente, quizás no nos atrevemos a dar el primer paso. Sin embargo, cuando la imagen que tenemos de nosotros mismos no es la mejor o cuando existe un determinado bloqueo, aumenta la dificultad de atrevernos a dar ese paso que puede conducirnos a la salida del  atolladero, a ver nuevamente la luz en nuestro camino. ¿Qué hacer?

La videncia es uno de los caminos que podemos seguir para resolver nuestros males y, hasta quizás, para recuperar el amor perdido. No es que sea el único, por supuesto, los caminos para recobrar nuestra felicidad son múltiples, pero la videncia es un camino tan válido como cualquier otro y no estaremos haciendo daño a nadie si decidimos consultar con un vidente para resolver nuestro conflicto amoroso.

Desde hace millones de años, los hombres se preguntan qué les deparará el futuro. Esta no es una novedad. Pero, es real que existen personas “especiales” que pueden “ver” más allá de lo que podemos llegar a ver nosotros. En la mayoría de las ocasiones, el amor nos ofusca y no nos deja ver con claridad. La videncia está al servicio de las personas que decidan optar por ella. La videncia es una camino, como cualquier otro que podamos elegir, para volver a recobrar la paz y, posteriormente, darnos la oportunidad de ser felices. La videncia y la clarividencia de los videntes está íntimamente relacionada con el amor y puede ayudarnos a dilucidar aquello que no somos capaces de vislumbrar: nuestro futuro pleno de amor.

Tarot Teléfonico


El Tarot Teléfonico 

Gracias por visitarnos, te ofrecemos un gabinete de tarotistas profesionales que te ayudaran en tus problemas y a tomar las decisiones más adecuadas con la ayuda de las cartas del tarot y la astrología con consultas de tarot personales
Cualquiera que sea tu consulta dejanos ayudarte, sobre el trabajo, la educación de los hijos, los estudios, por supuesto el amor, los problemas de pareja, el dinero, amistades, las infidelidades, conservar nuestra belleza, etc.... Llamanos las 24 horas, haz tu consulta de tarot y te ayudaremos.
Recuerda, puedes llamarnos las 24 horas del día, tenemos personal a tu servicio para realizarte una lectura de cartas del tarot profesional, sin engaños ni programas informáticos, solo llamanos y explicanos que te preocupa, sabremos ayudarte. Estamos a tu disposición para cualquier consulta.

Tarot profesional

Tarot profesional


El tarot es un medio eficaz de consulta y orientación en nuestra vida diaria, es un medio a través del
cual podemos consultar al oráculo que camino es mejor, o que acontecimientos estan por venir para
poder afrontarlos y tomar decisiones. Yo además de la Videncia natural uso el Tarot de Marsella para
ver y definir con claridad todas las respuestas a las preguntas de mis clientes. Un Vidente natural además de la propia Videncia debe usar una herramienta de conexión y aclaración, puede ser el tarot, las
runas, la bola, o cualquier otra mancia o método de videncia.

Tarot Consulta


A lo largo de la vida, para poder madurar y alcanzar la cima de nuestros propósitos, nos toca vivir experiencias diversas. Sufrir y disfrutar, llorar y reír para aprender y formarnos. Vivencias que son lecciones que escogemos, que propiciamos o aceptamos para ser lo que hoy somos, para cumplir la meta de lo que vinimos a ser y hacer.
Pero también son vivencias para llevarnos a una toma de consciencia de nuestra propia responsabilidad como co-creadores de la vida concreta que llevamos, de asumirnos como hijos amados del Creador, capaces de reflejar una parte de su grandeza y administrar nuestra existencia con consciencia plena de quiénes somos y que podemos superar el dolor, el estancamiento y el conformismo. Asumir el destino como algo inexorable nos detiene, nos limita y nos hunde en la pasividad y el sufrimiento. Asumir el destino como una co-creación nuestra con las fuerzas del universo, nos robustece, nos expande y nos da libertad de elección.
Nadie escapa a la responsabilidad de hacer este recorrido, tortuoso a veces, a veces benigno, radiante u oscuro, pesado o ligero... Camino, en fin, a ser recorrido con o sin nuestra voluntad consciente, ya que ha sido un compromiso interior -profundo y silencioso- que guía nuestros pasos hacia la propia realización. Nos reta, nos invita, nos tienta, nos orienta, nos acoge y nos impele. Unas veces contradictorio o paradójico, coherente, otras deseable o lamentable. Es el camino de ascensión que en oportunidades nos exige retroceder, esperar, retomar o dar un gran salto.
Cuando nos miramos en el espejo del Tarot vemos en qué nivel del camino estamos y qué nos falta por recorrer. Sabremos cuánto hemos avanzado y cuánto nos hemos limitado. Pero especialmente, aprenderemos dónde están nuestras fortaleza y dónde nuestras debilidades. También podremos identificar nuestros recursos para mejorar nuestra vida, superar nuestras propias barreras, fluir mejor con nuestras circunstancias -internas y externas- y alcanzar nuestro progreso, realización, integración y equilibrio personal y relacionarnos mejor con nosotros mismos, con nuestro entorno y los seres que nos rodean.

Vidente Zaragoza

La videncia es el arte de adivinar el futuro.Cada una de nosotras tiene una semilla de videncia en su interior.
Algunas personas se les despierta de un modo natural, de pronto empiezas a saber cosas que han de ocurrir, normalmente esto ocurre en una temprana edad, a veces por una circunstancia traumática .
Otras personas desarrollan la videnciaal entrar en contacto con sistemas adivinatorios( tarot, runas, quiromancia etc.),yo creo que cada ser humano  tiene la videncia  en su interior como algo instintivo a la raza humana, es como un regalo que se nos hace al nacer para poder transitar por esta vida.



Vidente Zaragoza

Consulta tarot

La consulta tarot es muy simple y nos sirve para tener una visión general de nuestro pasado, presente y futuro. Relacionar nuestro pasado con el presente siempre nos ayudará a intentar mejorar nuestro futuro.

Procedimiento de consulta del tarot
Ante todo ten en cuenta dirigirte al Tarot como a un sabio consejero, con respeto, concentrado, con calma y en silencio. No se trata de reverenciarlo o idolatrarlo, sino de tener una actitud que te conectará con tus niveles vibracionales más altos y con tus verdades ocultas.

Toma los Arcanos Mayores y barájalos mientras te concentras en el tema de tu consulta. Puedes barajarlos como fichas de dominó sobre un paño o tapete que en adelante usarás sólo para el Tarot. Cuando sientas que ya están bien mezclados, recógelos en un montón. La finalidad de barajar las cartas de este modo es permitir que aparezcan, más adelante, derechas o invertidas. Ello será importante al momento de interpretar y se considera que si la carta aparece invertida la energía está mal canalizada.

Reagrupadas las cartas, concéntrate en tu pregunta y despliega el mazo en un abanico abierto y extendido. En actitud receptiva, siente las cartas que te más te atraen y elige la (o las) que sientas que corresponde elegir. Esta certeza no es consciente, obedece a una "llamada interior".

No consultes el Tarot por un motivo banal. Hazlo cuando realmente tengas dudas o quieras identificar una parte de ti que no te permite avanzas, crecer, ser feliz. Mientras estás iniciándote, no hagas más de tres consultas al día. Sugerencia: ten una libreta sólo para tomar nota de los resultados de tus consultas y de tus conclusiones personales y guárdala con sumo cuidado. Es algo muy privado y te va a ayudar en tu proceso de autoconocimiento y crecimiento interior. Con ello mejorará tu manera de ver las cosas y tu relación con tul mundo adquirirá una nueva dimensión.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

VIrtoria, vidente en vitoria y Historia de Vitoria

Vidente en Vitoria;  de Vitoria-Gasteiz

¿Qué ver y visitar en Vitoria-Gasteiz?
Vitoria-Gasteiz es la capital de la provincia. Tiene 276,8 km2. Es el centro económico y social de la provincia alavesa. Tiene unos 229.000 habitantes aproximadamente. Se trata de una ciudad muy limpia, con muchas zonas verdes dentro y fuera de la ciudad. Está situada en el centro de la provincia de Álava.

Los puntos neurálgicos de la ciudad son la Plaza de la Virgen Blanca y el Parque de la Florida, situado en el Paseo de la Florida. A parte, existe el Parque del Prado, de Juzmendi, de Arrautia,...También dentro de la ciudad.

Vitoria es una ciudad muy ecológica y el Ayuntamiento fomenta la utilización de bicicletas en lugar de cualquier tipo de vehículo. Ofrece la oportunidad de dejar su coche en aparcamientos autorizados en el centro y ofrece un servicio gratuito de "préstamo de bicicletas" para poder recorrer la ciudad, sin causar humos y contaminación. (de junio a noviembre). Existen rutas de bici establecidas.


Vitoria-Gasteiz tiene un anillo verde, que la rodea y le sirve de pulmón de oxígeno. (Vea Parques Naturales de Alava). También son puntos de encuentro y centros de ocio, para los vitorianos. En ellos pueden practicar deportes y excursiones al aire libre.

Para practicar deportes en Vitoria, tienen: Casa del Deporte, situada en la calle Cercas Bajas, 5. Para más información llame al Tel. 945 13 37 02; el Parque de la Florida y el Parque del Prado. Vitoria es la ciudad española con más árboles y metros cuadrados de jardín por persona, (46 m2/persona).

Su casco histórico es de origen medieval, así como muchos de sus edificios emblemáticos, como iglesias, museos y palacios.

Vitoria-Gasteiz es una ciudad de congresos, con una importante e interesante infraestructura, para albergarlos, hospedar a los visitantes y todo lo relacionado con ellos. Habría que destacar: Palacio de Congresos de Europa, Palacio de Villa Suso, Centro Cultural Montehermoso, Teatro Principal,...

Vitoria-Gasteiz está muy bien comunicada con Pamplona, Madrid, Burgos, Bilbao y San Sebastián (Vea Comunicaciones en la Guía de Alava).

Historia de Vitoria - Gasteiz

Vitoria-Gasteiz fue fundada en 1181 por el rey Sancho VI "el Sabio" de Navarra y la llamó Nueva Victoria. Lo mandó construir al lado de la aldea de Gasteiz, situada en una colina, como forma de defensa avanzada para el reino de Navarra. La ciudad tenía forma de almendra, estaba rodeada por una muralla y los nombres de sus calles nos recuerdan su origen medieval y sus costumbres, su forma de vida.

Desde el siglo XIII, la ciudad se da a conocer por el gran movimiento comercial, por sus mercados y ferias de ganado.

En el año 1200 pasó a formar parte del reino de Castilla y en 1431 el rey Juan de Castilla, le otorga el título de ciudad. En 1492 fueron expulsados los judíos de la ciudad y su cementerio de Judizmendi, pasó a manos de ésta. Otro hecho importante, es que se instala la sede Episcopal en la Casa del Cordón, fue otorgado por el cardenal Adriano de Utrecht. En 1781 Vitoria vive un momento de auge económico y efectúa un gran crecimiento hacia el sur, momento en el que se construye la parte del Ensanche, con otro estilo, el neoclásico. Vitoria se vio involucrada en la Guerra de Sucesión y los vitorianos ganaron a las tropas de Napoleón en la famosa Batalla de Vitoria (1813).

La Plaza de la Virgen Blanca, punto neurálgico de la ciudad, fue construida en el siglo XVII. En ella se encuentran la Iglesia de San Miguel, donde se halla la patrona de la ciudad, la Virgen Blanca; y el Monumento a la Batalla de Vitoria. Justo al lado, encontramos la Plaza de España, donde está ubicado la Casa Consistorial. El siglo XVIII fue un momento de expansión para la ciudad y se construyó el Ensanche, fuera del casco viejo. Se construyó el Ensanche, levantando los Arquillos y la Plaza de España, para conectar un barrio con el otro. Su arquitecto fue Justo Antonio de Olaguíbel.

En el año 1980 la ciudad fue elegida como capital de Euskadi-País Vasco por el Parlamento Vasco.

Lugares de interés en Vitoria - Gasteiz
Pasear por Vitoria - Gasteiz

Pasear: saliendo de la Plaza de la Virgen Blanca y pasando por las plazas de Manchete y de la Burullería, se puede visitar todo el casco histórico de origen medieval, donde se encuentran todos los edificios emblemáticos como la catedral y algunas iglesias de estilo románico, otras de estilo gótico y palacetes renacentistas. Algunos museos están situados también en el casco histórico y otros lo bordean, con lo cual le queda todo muy a mano.
Los Arquillos, la Casa Consistorial son de estilo neoclásico y se construyeron fuera del casco histórico, pero se encuentran en su periferia.

Se ha construido un cinturón o paseo sobre la muralla por el, que se puede visitar el casco histórico.

La Oficina de Información y Turismo (vea Teléfonos de Interés de Vitoria-Gasteiz), le informará de los horarios sobre las visitas guiadas por la ciudad, sobre el tren turístico o sobre las visitas guiadas especiales para niños.


Catedral e Iglesia en Vitoria - Gasteiz

Catedral de Santa María (Plaza de la Burullería, Tel. 945 25 51 35): fue construida en el siglo XIII. Es románica y destacan 4 torres, que son uno de los símbolos de la ciudad. Actualmente, está remodelándola, pero se pueden hacer visitas guiadas concertadas. Destaca la capilla de Santiago, construida en el siglo XV y que era sitio de paso, para los peregrinos, que hacían el Camino de Santiago.

Basílica de San Prudencio de Armentía (a 4 Km.): es de estilo románico del siglo XII y está dedicado a San Prudencio, patrono de Álava. Ha sido restaurado en 2 ocasiones. Destaca su triple pórtico. Es visita obligada durante el recorrido, que hace el Camino de Santiago, a su paso por Álava.

Catedral de María Inmaculada o Catedral Nueva. Se trata de una catedral de estilo neogótico, que fue construido en el siglo XX. En su girola, está ubicado el Museo Catedralicio. Destacan su escultura y pinturas de estilo modernista.

Iglesia de San Pedro Apóstol (c/ Herrería): fue construida en el siglo XIV sobre los restos de un templo del siglo XII. Es de estilo gótico y su planta es de cruz latina. Su torre es del siglo XVIII. Está adosada a la muralla de la parte sur de la ciudad.

Iglesia de San Miguel Arcángel (c/ Mateo Benigno de Moraga): fue construido en el siglo XIV en estilo gótico vasco. Descata su pórtico estilo gótico. Fue construida antes de la fundación de la ciudad en 1180, así es que es la más antigua de la ciudad. En ella está ubicada la capilla de la Virgen Blanca, patrona de la ciudad, con una talla policromada realizada en el siglo XIX. Situada bajo un templete barroco.

Iglesia de San Vicente Mártir: fue construido sobre la fortaleza de San Vicente, en el siglo XV. Es de estilo gótico vasco. Destaca por tener la planta de salón y su torre con unas galerías de madera de la época.

Iglesia de la Merced.

Convento de la Magdalena: formaba parte del Camino de Santiago.

Museos de Vitoria - Gasteiz

Museo Vasco de Arte Contemporáneo Artium (c/ Francia, 24, Tel.: 945 20 90 20): fue inaugurado en el año 2002. Está situado junto al casco antiguo medieval. Alberga una importante colección de arte moderno y contemporáneo. También expone colecciones itinerantes de importantes artistas. Exhibe obras de arte de Picasso, Dalí, Oteiza, Chillida, Tapies, Saura, Barceló, Cristina Iglesias... Además es un centro divulgativos del arte. Organiza eventos culturales, ofrece espacios de creación y organiza talleres divulgativos, cine, conferencias, danza, música…

Museo de Ciencias Naturales (c/ Siervas de Jesús, 24, Tel.: 945 181924): está ubicado en un precioso palacio o casa fuerte del siglo XVI, la Torre de Doña Otxanda. Alberga esqueletos de de dinosaurios, ictiosaurios y escualos cretácicos. También una colección de insectos de los 5 continentes. Tiene colecciones botánicas, zoológicas y geológicas. Destacando las del yacimiento de ámbar de Peñacerrada-Urizaharra.

Museo Fournier de Naipes (c/ Cuchillería, 54, Tel.: 945 181920): Don Heraclio Fournier creó en 1868 una fábrica de cartas, las famosas Fournier y al mismo tiempo las coleccionaba. Actualmente, este museo alberga dicha colección. Está ubicado en el Palacio de los Arrieta-Maeztu, en el mismo casco viejo de la capital.

Museo de la Armería (c/ Paseo de Fray Francisco, 3, Tel.: 945 181918): en excavaciones realizadas en la ciudad se encontraron importantes hallazgos de la prehistoria, de la Edad Media, del siglo XV; así como armas orientales, árabes y africanas.

Museo de Arqueología (c/ Correría, 116, Tel.: 945 18 19 22): está por la parte exterior del casco antiguo. Alberga todos los hallazgos arqueológicos encontrados en la provincia de Álava.

Museo de Bellas Artes (Paseo Fray Francisco 8, Tel.: 945 18 19 18): está ubicado en el Palacio Augusti y alberga una bonita colección de obras de arte (pintura y escultura) contemporánea de los últimos tiempos.

Museo de Arte Sacro (Monseñor Cadena y Eleta, s/n; Tel.: 945 15 06 31): está ubicado en la Catedral de María Inmaculada o nueva. Alberga pinturas, esculturas y objetos de arte sacro de la provincia de Álava.

Museo de los Faroles (Pl. General Loma, 1, Tel.: 945 1615 98/99): está ubicado en un templo gótico. Alberga 267 faroles fabricados en vidrio policromado, que es curioso de ver. Para la festividad de la Virgen Blanca el 4 de Agosto, participan en el desfile por el casco histórico.

Museo Etnográfico Félix Murga (c/ Aldaia, 1, Tel.: 945 39 37 04): alberga una colección de cerámica del Valle de Ayala.

Museo Etnográfico de Artziniega ( Arteko Aldapa, 12. Artziniega, Tel.: 945 39 62 10: alberga enseres, útiles de labranza, ropas y utensilios de la Comarca de Artziniega.

Edificios relevantes de Vitoria - Gasteiz

 Ayuntamiento o Casa Consistorial: tanto dicho monumento como su plaza forman un conjunto monumental de estilo neoclásico. Fue construido en el siglo XVIII, fuera del casco histórico.

Palacio de la Diputación: es la sede de la Diputación Foral de Alava. Es de estilo neoclásico tardío vitoriano. Tiene forma cuadrada y está construido en piedra de sillería.

Palacio de Ajuria-Enea: es la residencia oficial del Lendakari vasco y es la sede del Gobierno vasco desde 1980. Su construcción data de 1918.

Palacio de Congresos de Europa: está situado en la Avenida Gasteiz y a 5 Km. del aeropuerto. Fue inaugurado en 1989 y está equipado con salas de hasta 700 congresistas, con las más sofisticadas tecnologías, para atender a todas sus necesidades.

Palacio de Villa Suso: es un antiguo palacio de estilo renacentista. Está adosado a la muralla medieval de la ciudad. Es más pequeño y alberga congresos con un número medio de afluencia (250 personas). Está situado en la Plaza de Manchete (casco histórico). Tiene 3 salas. Destaca su tapiz flamenco, situado en la sala de actos, que fue realizado en el siglo XVI.

Centro Cultural Montehermoso: está ubicado en un palacio del siglo XVI, de estilo renacentista. Fue construido por Ortuño Ibáñez de Aguirre y su esposa María de Esquivel. En tiempos fue la sede Episcopal. Actualmente es el centro cultural. Tiene 1.200 m2. En él tienen lugar: exposiciones, conciertos, galas e importantes eventos.

Teatro Principal: está situado en el centro del casco histórico. Alberga los más importantes actos de la ciudad. Tiene una capacidad de 928 butacas. Alberga el Festival Internacional de Teatro.

Casa del Cordón(c/ Cuchillería, 24, Tel.: 945 259 673): perteneció a los franciscanos y su nombre viene del cordón que tiene labrado en la piedra de la fachada. Fue construida en el siglo XIII y ampliada en el XV. Destacan su bóveda estrellada y policromada del torreón. Tiene una bonita sala de exposiciones gótica.

Palacio de Bendaña: de estilo renacentista y construida en el siglo XIII, actualmente restaurado su exterior en estilo moderno, alberga el Museo Fournier de Naipes.

Palacio de Escoriaza-Esquível: de estilo renacentista. Es interesante su visita porque está perfectamente cuidado y pueden apreciarse todos los detalles y forma de vida de la época.

Palacio de Zulueta: fue construido por Alfredo de Zulueta a principios del siglo XX, como casa-hotel. Alberga la Sede de la Fundación Sancho el Sabio, que recoge toda la documentación de la ciudad, desde el siglo XVI.

Plaza del Machete: estaba situada en el límite del casco medieval, en la cuesta de San Vicente y la Iglesia de San Miguel. Su nombre se debe al machete vitoriano ubicado en el ábside de dicha iglesia y sobre el cual los alcaldes y representantes de la ciudad, juraban su cargo. Algunos la llaman la Plaza del Juicio, porque en tiempos se ejecutaba a los reos de pena de muerte por garrote bil, en esta plaza.

Estadio Fernando Buesa Arena: tiene una capacidad de 10.400 personas. Es la sede del equipo de baloncesto del Tau Baskonia. También hacen algunos conciertos, demostraciones deportivas y bailes.

Los Arquillos: se construyeron para conectar la plaza Mayor con el casco histórico. Es de estilo neoclásico y está formado por unos arcos de piedra, con 2 galerías de encima de viviendas.

Casino: Gran Casino Nervión: c/ Navarra, 1 . (Tel.: 94 424 00 07). Está situado en la planta baja del Edificio de la Sociedad Bilbaína.

Hospital de Santiago de la Plaza: formaba parte del Camino de Santiago, con el nombre de Nuestra Señora del Cabello.

El Portalón (c/ de la Correría): es la antigua Casa del Comercio de la ciudad. Fue construido en el siglo XV y es de estilo gótico. Hoy en día es un restaurante.

Torre de los Anda (c/ de la Correría): era una de las torres defensivas de la ciudad. Fue construida en el siglo XV en estilo gótico.

Torre de San Vicente: de estilo gótico.

La historia del vidente de vigo



Historia de Vigo

La historia de Vigo desde la prehistoria

LA PREHISTORIA

Vigo y su comarca estuvieron pobladas desde la antigüedad, como lo atestiguan la cantidad de dólmenes y mámoas que se encuentran en el término municipal.
No se ha localizado ningún yacimiento paleolítico y los únicos hallazgos fechados en la Edad de Piedra son medio centenar de útiles tallados en cuarzo y cuarcita, los cuales se encuentran en el Museo Quiñones de León.
En cuanto al período del Neolítico, la historia de Vigo nos ha dejado diversas hachas de mano, algunas de carácter votivo. Dentro de este período destacan las construcciones funerarias, denominadas túmulos, fechadas entre los años 3.000 y 1.800 a. C., entre los que destacamos el denominado A Casa dos Mouros, en la subida al parque de A Madroa. Petroglifos destacados son los de Fragoselo y el de Millaradas.



En la transición del III al II milenio a. C., hay un numeroso conjunto de grabados rupestres con representaciones de motivos geométricos, armas y fauna.
Varios hallazgos de cerámica, armas de bronce y más grabados rupestres nos señalan la existencia de habitantes y poblaciones en la llamada Edad de Bronce, entre los años 1.900 y el 800 a. C.
La cultura castreña, que abarca toda la Edad de Hierro y la cual se desarrolló en Galicia desde el siglo VIII a.C hasta el fin del I d. C, dejó en Vigo numerosos vestigios como muestra la existencia de 26 poblados de castros. La historia de Vigo nos indica que en esta época, Vigo, tuvo una de las mayores densidades de población de toda Galicia. El mayor de estos poblados es el situado en la ladera del monte de O Castro. Sus habitantes vivían de la agricultura, actividad que complementaban con la caza y la pesca. Trabajaban asimismo el hierro y la piedra.

EPOCA ROMANA

En Vigo, denominada "Vicus Spacorum", el proceso de romanización se produce de forma temprana. Los vestigios arqueológicos muestran la existencia de una intensa actividad portuaria y comercial en el litoral vigués desde el siglo II a. C. hasta el siglo I d.C, siglo en el que se establece la pax romana.
Las influencias del imperio romano comenzaron en Vigo prematuramente en el siglo II a.c. y duraron intensamente casi seiscientos años. De esta época se han recuperado restos en varias excavaciones arqueológicas que señalan la posibilidad de fuertes actividades productivas (salazón) y comerciales en el litoral. El descubrimiento de unas grandes salinas en la zona litoral del centro (calles Inés Pérez de Ceta y Rosalía de Castro), así como los restos de una considerable factoría de salazón conservada en buen estado (calle Marqués de Valladares) ambos restos pertenecientes al siglo I-II después de Cristo, demuestran una fuerte actividad productiva relacionada con los productos del mar. Las dimensiones de la factoría apuntan a que Vigo era un centro de producción de salazones para abastecer necesidades superiores al consumo local. Los resultados de las excavaciones arqueológicas recientes en el actual centro de la ciudad, demuestran la existencia de un asentamiento urbano importante, datable entre los siglos II a VI d.C., coincidente a grandes rasgos con el área que ocupa el actual Centro histórico entre la calle Areal y O Berbés. Esta coincidencia espacial permite hablar del "origen" romano de la ciudad.
Del proceso de romanización quedan relevantes vestigios en la historia: villas esparcidas por todo el litoral (Alcabre o Toralla), restos de instalaciones portuarias, calles, instalaciones (salinas y fábricas de salazón), necrópolis, restos subacuáticos… así como la intensa romanización de los poblados castreños del municipio.



EDAD MEDIA

Durante este período, la iglesia dominaba la sociedad gallega, dependiendo la ciudad de Vigo durante muchos años del monasterio cisterciense de Melón.
Fue una época que estuvo marcada por las frecuentes incursiones de la piratería procedentes del norte de Europa, lo que hizo que la población se desplazase hacia el interior en busca de más seguridad, refugiándose en el Monte de O Castro. Durante la Edad Media, Vigo era conocido por sus plantaciones de olivares y por su floreciente comercio pesquero.
Existe constancia documental de iglesias románicas en el actual término municipal que prueban la existencia de importantes asentamientos de población en la zona en los siglos XI, XII y XIII, en localizaciones que coinciden con las actuales parroquias viguesas. De este período destacan Santiago de Bembrive, San Salvador de Coruxo y Santa María de Castrelos. Perviven además dos puentes en Sárdoma y Fragoso y restos románicos en la ermita de O Freixo en Valadares y en las iglesias barrocas de Sárdoma y de Santa Cristina de Lavadores.
A partir del siglo XII, en el que la ciudad comienza a recuperar población, Vigo sigue sometido al poder de la Iglesia y de los señores feudales. La parroquia de Santiago de Vigo era la más importante de la villa junto con el barrio de Santa María. El desarrollo de Vigo se vio limitado debido a que la Corona le otorgó a Baiona la facultad de comerciar por mar con otras ciudades.
La Corona le otorgó a Bayona el poder de comerciar por mar con otras ciudades y ésto frenó el crecimiento de Vigo en comparación. A pesar de esto va aumentando la población y los señores feudales y el clero (con la iglesia Santiago de Vigo como mejor ejemplo) aumentan su férreo control. Además de los pocos indicios que se conservan de esta época podemos deducir que hubo ataques de piratería hacia Vigo.



DEL SIGLO XV AL XVIII

A pesar de los continuos ataques de piratas, Vigo va creciendo. Gana importancia en este período la actividad artesanal y el comercio, pero la actividad más importante es la pesca de sardina.

En el 1585.. El pirata inglés Francis Drake intenta tomar la villa, fracasando gracias a la oposición de los vecinos. Cuatro años más tarde, ataca de nuevo la ciudad, arrasando y quemando todo lo que encuentra a su paso. Los armadores vigueses organizan la defensa y consiguen la patente de corso de la corona para saquear los barcos comerciales enemigos.

En 1617.. Los piratas turcos intentan el asalto de la ciudad, siendo repelido por los vecinos. Estos frecuentes ataques marítimos obligan a la construcción en 1656 de las murallas de la ciudad y del Castillo de San Sebastián.

En 1702.. Se produce el episodio más importante de la historia de la ciudad, la batalla de Rande. La flota anglo-holandesa persigue dentro de la ría a la Flota de la Plata española y los barcos de guerra franceses que la escoltaban. Esta importante flota, cargada de riquezas procedentes de América es destruida después de una cruenta batalla en mar y tierra. Los ingleses se llevaron varios barcos con tesoros pero el resto fueron hundidos por las llamas y hoy se encuentran en los fondos de la ensenada de San Simón.

En 1778.. Carlos III rompe con el monopolio de los puertos autorizados a comerciar con América y Vigo comienza a beneficiarse del tráfico de alto bordo. En esta época la villa de Vigo estaba completamente cerrada con una muralla, construida con motivo de la Guerra de Restauración Portuguesa ante el temor de una posible invasión. Cerca del mar estaba el bastión de Laxe y en el lado opuesto, el castillo de San Sebastián. A lo largo de la muralla se abrían siete puertas: la de Falperra, Berbés, el Mar, Laxe, Gamboa, Sol y la del Placer.

En la segunda mitad del siglo XVIII.. La llegada a la ciudad de comerciantes e industriales catalanes supone una pequeña revolución económica, proliferando las fábricas de salazón, jabón y productos de cuero y lino.

EL SIGLO XIX

En el 1809..

Vigo fue ocupado por el ejército francés. La resistencia popular dirigida por el militar Morillo y Cachamuíña provoca un levantamiento que termina con la expulsión de los militares galos. Este episodio motivó la concesión a Vigo del título de ciudad "Fiel, Leal y Valerosa". En 1833 se acondiciona el camino real que lleva a Madrid, conocido como carretera de Castilla o de Villacastín. Un año después se terminan las obras de construcción de la Colegiata por Melchor de Prado, ya que el antiguo templo había sido destruido en uno de los numerosos saqueos sufridos por la villa.

A mediados de siglo.. Se crean la sucursal del Banco de España y el nuevo muelle de piedra. La ciudad crece y sus regidores acuerdan demoler las murallas para facilitar su expansión.

La segunda mitad del siglo XIX.. Fue un período de continuo crecimiento de la ciudad, propiciado entre otras cosas, por el incremento de las relaciones con América. Desde 1855 se establecen servicios de comunicación marítimos periódicos con La Habana, Buenos Aires y Puerto Rico. Una década después empieza la construcción del ferrocarril y las obras de relleno de la Ría para ampliar las instalaciones portuarias, inaugurándose la línea Orense-Vigo en 1881.
En este tiempo continúan abriéndose en la ciudad fábricas de salazón y de derivados de productos marinos, lo que provoca el crecimiento de la población asalariada y también de una burguesía financiera. Vigo se expande extramuros con la apertura de nuevas calles y la construcción de nobles edificios de piedra. En 1880 se crea la Caja de Ahorros de Vigo y un año después se constituye la Junta de Obras del Puerto.

En 1899.. El puerto de Vigo recibía a los soldados malheridos procedentes de la Guerra de Cuba, acogiéndolos y prestándoles la ayuda necesaria. Este hecho le otorgó el rango de siempre benéfica, por lo que desde entonces, el escudo de la ciudad guarda el lema de “Leal y Valerosa ciudad de Vigo y Siempre Benéfica” . El incremento de las relaciones con América, la instalación de nuevas industrias y la mejora de las comunicaciones han sido una constante a lo largo de los siglos XIX y XX.

A finales de la centuria, la ciudad contaba ya con 15.000 habitantes.

VIGO EN EL SIGLO XX

La historia de Vigo a comienzos del siglo XX..

La burguesía liberal viguesa se apropia de los mecanismos del poder económico y político. El asentamiento de empresarios catalanes en el siglo XIX, en el barrio del Areal, propició el desarrollo de la industria de la salazón de pescado y el resurgimiento de una etapa de gran crecimiento de la industria pesquera.




En el primer tercio del siglo XX..

El puerto de Vigo se asocia a la imagen de emigración de miles de gallegos que se embarcaron rumbo al continente americano, pero también al desarrollo económico. Comienzan a crearse importantes empresas en la ciudad como los astilleros de Barreras (a finales del siglo XIX) y Vulcano, así como Pescanova y una multitud de empresas relacionadas con el mar, siendo el sector industrial por antonomasia, al cual hay que imputar la creación y expansión de la mayor parte de las demás industrias.

Otro símbolo de la ciudad fue el tranvía, que empezó a funcionar en 1914. La ciudad en este tiempo tiene una enorme actividad social, abundan los periódicos y semanarios, las asociaciones y las organizaciones de carácter político o sindical, pero todo este dinamismo quedó neutralizado con el estallido de la Guerra Civil. Según avanza el siglo, Vigo absorbe el municipio de Bouzas en 1904 y el de Lavadores en 1941, agrandando su término administrativo y aumentando su población.



A mediados de siglo..

Se traza la Gran Vía y la ciudad sufre un gran crecimiento demográfico con la incipiente creación de barrios residenciales como el de Coia. Se instalan nuevas industrias, como Citroën Hispania, al tiempo que mejoran las comunicaciones y se crean nuevos planes para ensanchar la ciudad. Vigo sufre un elevado crecimiento demográfico, pasando de los 30.000 habitantes que había en 1910 a los casi 300.000 de hoy en día.

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Valencia fue fundada en el año 138 a.C., siendo cónsul romano Décimo Junio Bruto, para instalar soldados licenciados, a los que repartió tierras junto a la nueva ciudad. La arqueología ha sacado a la luz evidencias del primer asentamiento, agujeros para postes de cabañas y tiendas de campaña, seguramente un refugio provisional que en pocos años dio paso a edificaciones más sólidas. La colonia prosperó con rapidez y en poco tiempo comenzó a acuñar moneda propia.

La ciudad fue destruida en el año 75 a. C. en el curso de la guerra entre Pompeyo y Sertorio. En la excavación de la Almoina se han descubierto los restos descuartizados de varios soldados junto con sus armas, evidencia de lo que debió ser una escaramuza de la batalla. De resultas de ello, debió quedar prácticamente abandonada durante al menos cincuenta años.

Desde mediados del siglo I Valentia había recuperado ya el ritmo perdido e iniciaba una larga etapa de desarrollo, caracterizada por el crecimiento urbano, la afluencia de nuevos colonos, y el engrandecimiento de la urbe mediante la erección de grandes edificios públicos como el foro o el circo y la ejecución de importantes obras de infraestructura, como un puerto fluvial junto a las actuales torres de Serrans o la traída de aguas, un equipamiento del que los valencianos no volverían a gozar hasta mediados del siglo XIX.

En la segunda mitad del siglo III, de manera paralela al resto del Imperio, Valentia atravesó una etapa de crisis que marcó el inicio de un largo periodo de decadencia, a lo largo del cual la ciudad fue retrayendo su perímetro, despoblándose barrios enteros, y se abandonaron las redes de infraestructuras, síntoma de una relajación en el gobierno municipal. Desde mediados del siglo IV pudo existir una comunidad cristiana en la ciudad conformada en torno a la memoria del santo Vicente, martirizado aquí en el año 304.

Un siglo después, coincidiendo con las primeras oleadas de pueblos germánicos y con el vacío de poder dejado por la administración imperial, la iglesia asumió las riendas de la ciudad y los edificios de culto cristiano fueron reemplazando los antiguos templos romanos. En tiempos del obispo Justiniano, en el siglo VI, Valentia experimentó una cierta recuperación, frenándose por algún tiempo la degradación urbana y se celebró en ella un importante concilio regional. Con la invasión bizantina del sudoeste de la península en 554 la ciudad cobró una importancia estratégica, instalándose en ella contingentes militares visigodos y emprendiendo tareas de fortificación del antiguo circo romano. Tras la expulsión de los bizantinos en el 625 se inicia una etapa oscura, mal conocida por la historia y apenas documentada por la arqueología, que parece testimoniar un tono de vida urbana muy bajo.

EPOCA MUSULMANA

Tras la conquista musulmana del 711, y siguiendo con la tónica anterior, la primera etapa de dominio musulmán constituye un periodo oscuro para Valencia (Balansiya en las fuentes árabes), del que apenas tenemos referencias. Una de ellas nos habla de la destrucción de la ciudad por Abd al-Rahman I —primer emir de Córdoba—, pero probablemente el hecho más relevante de la etapa emiral sea la presencia de Abd allah al-Balansi, hijo de aquel, quien ejerció una especie de gobierno autónomo sobre el área valenciana, y ordenó construir en las afueras de la ciudad un lujoso palacio, la Russafa, origen del barrio del mismo nombre, y del que por el momento no se ha encontrado resto alguno. Más allá de los hechos políticos, lo verdaderamente trascendente es la entrada de la ciudad dentro de la órbita del Islam, que en poco tiempo cambió la lengua, la religión y las costumbres de sus habitantes.

En época califal Balansiya inició el camino de la recuperación urbana mediante la construcción de un primer perímetro de huerta en el actual barrio del Carmen y la remodelación de la antigua área episcopal visigoda en el entorno de la catedral para convertirlo en un zoco vinculado a la residencia del gobernador.

Pero el verdadero auge de la ciudad comenzó tras la caída del califato de Córdoba, en el 1010, que dio inicio a la aparición de toda una serie de reinos autónomos o de taifas, uno de ellos el de Valencia. La ciudad creció, y en tiempos del rey Abd al-Aziz se edificó una nueva muralla, de la cual todavía se conservan restos en el barrio del Carmen. Numerosos hallazgos arqueológicos testimonian el auge alcanzado por la ciudad en este momento.

A finales del siglo XI, aprovechando el clima de inestabilidad política, el Cid, un mercenario de fortuna se hizo con el control de Valencia, la cual permaneció en manos de las tropas cristianas hasta el 1003. A su marcha, los almorávides ocuparon la ciudad y reinstauraron el culto musulmán, instalando un gobernador a su frente.

La decadencia del poder almorávide coincidió con el ascenso de una nueva dinastía norteafricana, los almohades, que se hicieron con el control de la península a partir del 1145. Su entrada en Valencia, sin embargo, se vio frenada por Ibn Mardanis, el rey lobo, monarca de Valencia y Murcia, pero finalmente la ciudad cayó en manos de los norteafricanos en 1171.

En las primeras décadas del siglo XIII la ciudad se refortificó ante la inminencia del avance feudal. Las fuentes cristianas la describen como una urbe populosa, rodeada por una feraz huerta, y su caída fue celebrada en toda Europa.

Con la conquista de Valencia por Jaime I en 1238 se puso fin a cinco siglos de cultura musulmana, pero ésta dejó una sólida impronta en la ciudad y el territorio valenciano.

LA ÉPOCA FEUDAL

Tras la victoria cristiana, la población musulmana fue expulsada y la ciudad repartida entre aquellos que habían participado en la conquista, de lo que queda testimonio en el Llibre del Repartiment. Jaime I otorgó a la ciudad unas nuevas leyes, els Furs, que años después hizo extensivas a todo el reino de Valencia. Comenzaba aquí una etapa nueva, de la mano de una nueva sociedad y de una nueva lengua, que sentó las bases del pueblo valenciano tal y como lo conocemos hoy.

La ciudad pasó por graves aprietos a mediados del siglo XIV. Por un lado, la peste negra de 1348 y las sucesivas epidemias de años siguientes, que diezmaron a la población. Por otro, la guerra de la Unión, una revuelta ciudadana, encabezada por Valencia como capital del reino, contra los excesos de la monarquía. Por último, la guerra con Castilla, que obligó a levantar a toda prisa una nueva muralla para contener, por dos veces en 1363 y 1364, el ataque castellano. En premio, Pedro el Ceremonioso le concedió el título de "dos veces leal", representado por las dos "L" que ostenta su escudo.

La convivencia entre las tres comunidades, cristiana, judía y musulmana, que ocupan la ciudad, fue conflictiva a lo largo de toda la edad media. Los judíos, instalados en torno a la calle de la Mar, habían progresado económica y socialmente, y su barrio fue ampliando progresivamente los límites a costa de las parroquias contiguas. Por su parte, los musulmanes que permanecieron en la ciudad tras la conquista fueron instalados en una morería junto al actual mercado de Mosen Sorell, contigua al entonces barrio artesanal del Carmen. En 1391 una turba descontrolada asaltó el barrio judío, lo que supuso la práctica desaparición de la comunidad y la conversión forzosa de sus miembros al cristianismo, aunque muchos siguieron practicando su religión en secreto. En 1456, de nuevo un tumulto popular condujo al asalto de la morería, aunque sus consecuencias fueron de menor trascendencia.

A finales del siglo XIV adquirieron especial virulencia los conflictos entre las diferentes familias del patriciado local. Alineadas en dos bandos antagónicos, jugaron un papel destacado en el conflicto dinástico que se produjo a la muerte sin descendientes de Martín el Humano, que desemboca en el Compromiso de Caspe y en la entronización de la casa de Trastamara en la corona catalano-aragonesa. En la sentencia jugaron un destacado papel los hermanos Ferrer, Bonifaci y Vicent, este último canonizado por Calixto III en 1455.

En el siglo XV Valencia vivió una etapa de gran desarrollo económico y esplendor cultural y artístico. Se creó la Taula de canvis, una banca municipal en apoyo de las operaciones comerciales, la industria local —con los tejidos a la cabeza— alcanzó un gran desarrollo, y la ciudad se convirtió en un emporio comercial al que acuden mercaderes de toda Europa. A finales de siglo se erigió la Lonja de mercaderes, centro de transacciones y un verdadero templo del comercio.

Este auge económico tiene su reflejo en el plano artístico y cultural. Se levantan ahora algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad, como las Torres de Serrans (1392), la Lonja (1482), el Micalet o la capilla de los Reyes del Convento de Santo Domingo. En pintura y escultura se dejan sentir las tendencias flamencas e italianas en artistas como Lluís Dalmau, Gonçal Peris o Damian Forment. En literatura, al amparo de la corte de Alfonso el Magnánimo florece la producción escrita, de la mano de autores como Ausias March, Roiç de Corella o Isabel de Villena. Hacia 1460 Joanot Martorell escribe el Tirant lo Blanch, una innovadora novela de caballería que influyó en numerosos autores posteriores, desde Cervantes a Shakespeare.

VALENCIA EN EL IMPERIO. LA ETAPA VIRREINAL

En el siglo XVI Valencia perdió la posición hegemónica que había tenido en la centuria anterior. El descubrimiento de América cambió los ejes de la política internacional y la llegada masiva de plata indiana transformó la escala de las cosas. Valencia quedó como capital regional de un comercio que mayormente ya no se negocia en su lonja.

La entrada de Valencia en la época moderna estuvo marcada por un hecho traumático: la revuelta de las Germanías, una verdadera guerra civil que enfrentó a la sociedad valenciana: de una parte, los artesanos y labradores, el bajo clero y algunos miembros de la pequeña burguesía, y de otra la nobleza y el alto clero con sus vasallos moriscos y la burguesía bienestante. Tras una primera etapa (1519-1520) en la que la Germanía se hizo con el control de la ciudad y estableció acertadas medidas de gobierno, el proceso se radicalizó. Las tropas agermanadas alcanzaron en un principio algunas victorias militares, pero finalmente fueron derrotadas y sus líderes pasados por las armas, llevándose a cabo una severa represión.

Desde finales del siglo XV operaba en Valencia el tribunal de la Inquisición, cuyo principal objetivo es la persecución de los judíos conversos que seguían practicando en secreto su antigua religión. En pocos años el Santo Oficio consiguió crear un clima de terror en la ciudad, en particular sobre la comunidad judía, al actuar sobre destacados miembros de la sociedad, como la familia del humanista Lluís Vives.

Las ideas humanistas y las corrientes estéticas renacentistas que bullen en Europa llegaron a Valencia por estos años, pero fueron cultivadas tan sólo dentro del restringido circulo cortesano vinculado a la corte virreinal y no llegaron a calar en la sociedad. Por otro lado, a las ideas religiosas protestantes se les contrapuso la ideología contrareformista, postulada por personajes de la talla del patriarca Ribera, promotor del Colegio del Corpus Christi (Foto 15). En el plano cultural, la ciudad vivió un proceso de castellanización, especialmente alentado por la corte virreinal de Germana de Foix. Importantes obras literarias se tradujeron a esta lengua, como El Cortesano, de Lluís Milà, o la Historia de Valencia, de Antoni Beuter.

EL SIGLO XVII

En 1609 se promulgó el decreto de expulsión de los moriscos, siendo el Grao uno de los puertos por los que se embarcaron para ser trasladados al norte de Africa. En realidad, el impacto directo de la expulsión fue escaso en la ciudad de Valencia, ya que apenas quedaban en ella unas pocas casas de moriscos, pero afectó sensiblemente a las rentas de muchos nobles, la mayoría de los residentes en la capital, lo que a la larga repercutió en la economía de la ciudad.

El siglo XVII, y en particular el largo reinado de Felipe IV (1621-1665), se caracterizaron por el reforzamiento de las tendencias absolutistas de la monarquía, lo que se reflejó en Valencia en el progresivo control de los cargos municipales por el rey y su injerencia —a través del virrey— en competencias que los fueros atribuían a la ciudad. Ello produjo continuas tensiones y el envío de embajadas de protesta a la corte. En esta coyuntura se produjo en 1633 el levantamiento de los labradores de la huerta que protestaban por lo que consideraban impuestos abusivos introducidos por la ciudad sobre la producción y el consumo dentro de su término. Los sublevados llegaron a poner cerco a Valencia, lo que obligó a tomar las armas a sus habitantes. El virrey, el marqués de Camarasa, aprobó inicialmente las reivindicaciones de los labradores, lo que apaciguó la rebelión, pero ante el malestar que provocó esta medida en la capital, al año siguiente se llegó a un nuevo acuerdo que satisfacía a ambas partes y no alteraba gravemente las competencias de aquella.

A esta coyuntura adversa se vinieron a sumar sucesivas epidemias de peste (las más graves en 1647 y 1652) que redujeron la población en un tercio, y una calamitosa riada del Turia en 1651. La economía se mantuvo estancada casi toda la centuria, y sólo manifestó síntomas de recuperación en las décadas finales, en parte por la crisis política que vivió Cataluña en esos años. La burguesía mercantil autóctona prácticamente había desaparecido, y el comercio de exportación e importación estaba en manos de extranjeros. La inexistencia de un puerto de mar en condiciones era una de las causas que dificultaban el comercio, por lo que la ciudad promovió a finales de siglo diversas iniciativas encaminadas a su construcción, aunque no llegaron a cuajar.

El XVII, con todo, fue el gran siglo del ceremonial barroco, de las entradas reales, de las procesiones multitudinarias henchidas de fervor religioso, de los protocolarios actos públicos, de la fiesta, en fin, concebida como el espectáculo del poder. Con ocasión de estas celebraciones la ciudad se transformaba: los palacios exhibían en sus fachadas tapices. Lienzos, espejos y cornucopias, se levantaban arcos triunfales efímeros, se iluminaban las calles con faroles, antorchas y cirios, consiguiendo con todo ello una atmósfera mágica que maravillaba al pueblo. Algo de esta teatralidad se ha perpetuado hoy en día en manifestaciones como los Miracles de Sant Vicent o el Corpus.

LA CIUDAD BORBÓNICA

A la muerte sin descendencia de Carlos II se produjo un conflicto dinástico que desembocó en la guerra de Sucesión, una contienda de dimensiones europeas que tuvo en el territorio valenciano uno de sus escenarios. Tras la coronación en Madrid de Felipe V de Borbón en 1701, Valencia se mantuvo leal al nuevo monarca hasta la llegada a la ciudad de tropas del archiduque Carlos de Austria en 1705. El archiduque hizo su entrada triunfal en septiembre de 1706, siendo reconocido como rey, pero su reinado apenas duró unos meses. El 25 de abril de 1707 las tropas borbónicas derrotaban a las austracistas en la batalla de Almansa.

Tras su victoria, Felipe V decretaba la nueva planta, esto es, la abolición de los fueros valencianos y el acomodo del reino y su capital a las leyes y costumbres de Castilla. El gobierno municipal sufrió una profunda transformación, y los cargos dejaron de ser electivos para pasar a ser de designación directa del monarca, venales y hereditarios, y en su mayoría fueron ocupados por aristócratas, en muchos casos foráneos.

Desde el principio de la etapa borbónica Valencia se hubo de acostumbrar a la presencia de tropas en ella. Para acuartelarlas, y también para asegurar el orden en la ciudad, se construyó la Ciudadela junto al convento de Santo Domingo, una fortificación con dos baluartes al exterior y un recio torreón que apuntaba al interior de la urbe. Además, se utilizaron diferentes edificios para alojamiento de tropas, como la propia Lonja, que sirvió de cuartel hasta 1762.

En el plano económico, durante el siglo XVIII Valencia vivió una etapa de recuperación apoyada en la manufactura de tejidos de seda y otras actividades industriales, como la azulejería. Según fuentes de la época, la seda daba trabajo de forma directa o indirecta, a más de 25.000 personas y conformó la fisonomía de todo un barrio, el de Velluters, además de influir en buena medida en el paisaje de la huerta, con sus caminos bordeados de moreras y sus alquerías de altas andanas para la cría del gusano. El Colegio del Arte Mayor de la Seda era el encargado de regular una profesión, la de velluter, cada vez más apartada del marco gremial y más cercana a la proletarización. Dadas las deficiencias de las instalaciones portuarias, la producción se remitía por tierra a Cádiz, desde cuyo puerto era redistribuida, gozando de especial acogida en el mercado americano.

El XVIII fue el siglo de las ideas, el siglo de las luces. El pensamiento ilustrado nacido en Francia encontró en Valencia un eco ferviente, y contó con nombres de reconocido prestigio europeo, como Gregorio Mayans o Pérez Bayer, quienes mantenían correspondencia con los más destacados pensadores franceses o alemanes del momento, aunque su trabajo les llevara en ocasiones lejos de Valencia. En este ambiente de exaltación de las ideas toma cuerpo en 1776 la Sociedad Económica de Amigos del País, introductora de numerosas mejoras en la producción agrícola e industrial y promotora de diversas instituciones económicas, cívicas y culturales.

EL SIGLO XIX

La historia de Valencia, como en buena medida la del resto de Europa, entre finales del siglo XVIII y principios del XIX estuvo marcada por las repercusiones de la revolución francesa.

Ante la noticia de las abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII y del levantamiento de Madrid el 2 de mayo frente a las tropas napoleónicas, el pueblo valenciano se alzó en armas el 23 de mayo de 1808 enardecido por las arengas de personajes como el Palleter. Los amotinados tomaron la Ciudadela y constituyeron una Junta Suprema de gobierno que se hizo cargo de la ciudad y se aprestó a la defensa. En el tenso ambiente revolucionario, el sector más radical de la revuelta asaltó la ciudadela y pasó por las armas a cuatrocientos civiles franceses allí guarecidos.

El 28 de junio se produjo un primer ataque del ejercito napoleónico al mando del general Moncey, que fue heroicamente rechazado. Posteriormente, el general Suchet repitió el cerco por dos veces, consiguiendo su objetivo el 9 de enero de 1812, después de varios días de incesantes bombardeos. Su control sobre la ciudad fue breve, pues en julio de 1813 debió abandonarla ante la retirada del ejército francés.

Durante los años de invasión napoleónica los valencianos celebraron elecciones a diputados y enviaron sus representantes a las Cortes de Cadiz, donde se redacto una constitución de carácter liberal y antiseñorial.

Un año después de la salida de las tropas de Suchet, en mayo de 1814, Fernando VII regresó a la península a través de Valencia, hizo una escenográfica entrada triunfal y se instaló en el palacio de Cervelló, derogando de inmediato la constitución aprobada en Cádiz e instaurando un régimen de carácter absolutista. La ciudad vivió esos años bajo las órdenes del general Elío, que la gobernó con mano dura.

La historia de Valencia durante el reinado de Fernando VII e incluso después, es sustancialmente la del resto de España: una etapa de conflictos entre los partidarios de un régimen absolutista que se desmorona por momentos y los adeptos del liberalismo, que no acaban de hacerse con el poder. Pero en Valencia se vivieron algunos de los episodios más notables. En marzo de 1820, durante el Trienio Liberal (1820-23), Elío fue encarcelado y tres meses después ejecutado. Durante la etapa ultra-conservadora que siguió a continuación (la llamada Década Ominosa, de 1823 a 1833), se llevó a cabo una represión implacable contra liberales y masones a cargo de la fuerzas del Estado y de la Inquisición, quien ejecutó en Valencia a su última víctima en 1824, Cayetano Ripoll, un maestro acusado de "deista" y "masón".

Tras la muerte de Fernando VII en 1833, durante la regencia de María Cristina y el posterior gobierno progresista del general Espartero, se liquidó definitivamente el Antiguo Régimen, consolidándose el estado liberal. Fueron años difíciles, en los que la ciudad vivió un clima revolucionario, con enfrentamientos entre liberales y republicanos, y en permanente amenaza por las tropas carlistas de Cabrera que, bajando desde el Maestrazgo, asolaban la huerta. Fue desde Valencia donde María Cristina partió al exilio en octubre de 1840, tras fracasar un acuerdo con Espartero, y fue a esta misma ciudad donde regresó tres años después, ante el alzamiento del general Narváez, que depuso a Espartero y proclamó a Isabel II como reina.

Durante este convulso periodo se produjeron cambios importantes. En 1833 se crearon las provincias. Ese mismo año se reestructuró el Ayuntamiento, desapareciendo los cargos vitalicios para acceder a ellos personajes de la burguesía local, representantes sin duda de la oligarquía, pero elegidos mediante sufragio. En 1837 se puso en marcha la desamortización de bienes de la Iglesia, saliendo al mercado inmuebles y terrenos que fueron adquiridos en su mayoría por la burguesía local.

El reinado de Isabel II constituyó una etapa de relativa estabilidad y de crecimiento para Valencia. El ayuntamiento, como el país en su conjunto, pasó a manos de una burguesía moderada, personajes enriquecidos con los negocios urbanísticos realizados al amparo de la desamortización, con la prestación de servicios a la comunidad (abastecimiento de agua, pavimentado, gas, transportes), o con operaciones financieras. Por más que en su concepción de las cosas no existiera un límite claro entre sus negocios y sus compromisos políticos, no cabe duda de que gracias a próceres como José Campo, Valencia dio un salto cualitativo hacia la modernidad, mejorando sustancialmente las infraestructuras y los servicios y llevándose a cabo proyectos, como el del puerto, largo tiempo demandados.

Con todo, el agitado contexto ideológico reflejo del que se vivía en Europa y los excesos reaccionarios de la corona desembocaron en la revolución de 1868, "la Gloriosa". Isabel II marchó al exilio, se redactó una constitución progresista y se formó nuevo gobierno presidido por el general Prim, quien se encargó de buscar un candidato para ocupar el trono, encontrándolo en Amadeo de Saboya. El nuevo rey gobernó de acuerdo a la constitución durante cuatro años plagados de conflictos políticos (entre los borbones partidarios de la restauración, los carlistas, los republicanos federalistas y los socialistas), pero finalmente abdicó en 1873, proclamándose la Primera República.

En medio de un ambiente radicalizado, se desató la insurrección cantonalista. El Cantón de Valencia, proclamado el 19 de julio, no tuvo el carácter revolucionario que alcanzó en otras zonas de España, pero el gobierno de Madrid decidió ahogar la rebelión con las armas, enviando tropas al mando del general Martínez Campos, nombrado capitán general de la plaza, quien el 7 de agosto entró en la ciudad tras someterla a un intenso bombardeo. Apaciguado el conflicto, el militar buscó apoyos en ella para promover la Restauración de la dinastía borbónica, y tras el pronunciamiento de Sagunto y la ocupación de Valencia, dio un golpe de estado que derrocó al gobierno republicano. Alfonso XII, hijo de Isabel II, llegó a Valencia, camino de Madrid, el 11 de enero de 1875, y poco después fue proclamado rey.

Valencia fue la cuna de la Restauración borbónica, pues destacados miembros del patriciado local contribuyeron a su advenimiento y ayudaron a construir el sostén político del sistema, el bipartidismo entre conservadores y liberales, mediante el clientelismo y el caciquismo. La estabilidad entre ambas formaciones comenzó a venirse abajo, no obstante, con la concesión del sufragio universal masculino en 1890, a partir de lo cual el republicanismo, con Vicente Blasco Ibáñez al frente, ascendió considerablemente hasta convertirse en la fuerza más votada en la ciudad.

En los años setenta cobró fuerza un movimiento cultural comprometido con la recuperación de la lengua y las tradiciones valencianas, la Renaixença, que había dado sus primeros pasos dos décadas antes con la convocatoria de los primeros Jocs Florals. A las posturas iniciales, más cercanas al romanticismo y a la evocación nostálgica, con Teodor Llorente a la cabeza, vinieron a enfrentársele los planteamientos más reivindicativos que encarnaban personas como Constantí Llombart, creador de Lo Rat Penat.

Desde el último cuarto de siglo Valencia comenzó a crecer de forma decidida. El derribo de las murallas en 1868, una vieja aspiración por la que pasaban todas las ansias de modernidad, fue la señal de salida para el asalto de las áreas periféricas. La apertura de las grandes vías, previstas en los planes de Ensanche, potenciaron la rápida urbanización del sector oriental, con una trama viaria ordenada, que se pobló de edificios de estilo modernista y ecléctico, muchos de los cuales todavía existen. En el resto, en especial en la otra orilla del Turia, la urbanización se retrasó hasta bien avanzado el siglo XX. La otra manifestación del carácter expansivo de Valencia fue la anexión de los municipios periféricos, desde el Grau o el Cabanyal a Patraix, Campanar o Benimaclet.

La modernidad cambió los hábitos sociales de la ciudad. La feria de julio pasó a ser el eje del calendario festivo, sin renunciar por ello a las celebraciones más tradicionales o a aquellas otras que comenzaban a adquirir importancia, como las fallas. El teatro era el espectáculo de masas, así como los toros, aunque pronto aparecieron otras novedades, como el cinematógrafo, por el momento una mera curiosidad. Los ciudadanos acomodados acudían al club o al café, mientras los obreros, cada vez más numerosos, se reunían en los casinos, centros de diversión y al tiempo de cultura.

EL SIGLO XX

A principios de siglo Valencia era una ciudad industrializada. La seda había desaparecido, pero subsistía la producción de curtidos y empujaba con fuerza el sector de la madera, la metalurgia y la alimentación, este último con una vertiente exportadora, en particular de vinos y agrios, muy activa. Predominaba la pequeña explotación industrial, pero día a día se introducía la mecanización y la producción se regía por criterios capitalistas. La mejor expresión de esta dinámica eran las exposiciones regionales, en particular la de 1909, emplazada junto a la Alameda, donde se mostraban los avances de la agricultura y la industria.

Con todo, se vivían momentos de crisis: el sistema bipartidista que había sustentado la Restauración cada vez concitaba menor apoyo en las urnas; la pérdida de Cuba provocó una ola de indignación generalizada; los obreros, en número creciente por la industrialización,. comenzaron a organizarse en demanda de mejores condiciones de vida. Era el terreno abonado para el arraigo de ideologías radicales. En Valencia el partido republicano de Blasco Ibañez recogió durante varias décadas los frutos de ese descontento, obteniendo un enorme respaldo popular, y gobernó el consistorio de manera casi ininterrumpida entre 1901 y 1923.

La primera guerra mundial afecto seriamente a la economía valenciana, colapsando las exportaciones de cítricos y produciendo el alza descontrolada de los precios y el desabastecimiento de los mercados. A 1917 el malestar en la capital se canalizó en forma de huelga general, que se prolongó durante varias semanas, enrareciendo el ya de por sí tenso panorama social. En 1919 y 1920 se repitieron las movilizaciones y se entró en una espiral de violencia en la que se sucedieron las bombas y los asesinatos de civiles y de agentes del orden.

La instauración de la dictadura de Primo de Rivera en 1923 frenó durante algunos años la conflictividad social, pero no apagó la creciente radicalización política. El movimiento obrero fue consolidando su organización sindical, mientras los sectores conservadores se aglutinaban en torno a la Derecha Regional Valenciana.

El 12 de abril de 1931 se celebraron elecciones locales, en las que obtuvo una victoria absoluta la coalición de partidos republicanos, ante lo cual Alfonso XIII renunció al trono y abandono el país, proclamándose la Segunda república el 14 de abril. La república abrió los cauces democráticos de participación, incrementando la politización de los ciudadanos. No pudo escapar, sin embargo, de un clima casi permanente de agitación social, que estalló en Valencia ya desde el mes de mayo con el asalto de diversas iglesias y conventos y prosiguió en los meses siguientes con huelgas y tumultos. La movilización de las masas obedecía en ocasiones a motivos menos conflictivos, como el sepelio de los restos mortales de Vicente Blasco Ibáñez en 1932, fallecido en Francia, que constituyó una espectacular manifestación de duelo y respeto.

El ascenso del frente conservador al poder en 1933 propició la llegada de los blasquistas hasta las más altas instancias del poder, pero al mismo tiempo marcó el inicio de su declive por el progresivo conservadurismo del partido. El freno a las reformas emprendidas en la etapa anterior crispó los ánimos de la izquierda, cada vez más radicalizada, mientras los sectores derechistas más extremistas se organizaban en torno a la recién creada Falange.

Este clima de enfrentamiento marcó las elecciones de 1936, ganadas por el Frente Popular, lo que desató el fervor de las clases populares, que de inmediato exigieron la adopción de reformas sociales y económicas. El ayuntamiento fue disuelto, pasando sus competencias a una comisión gestora, y se excarceló a los presos políticos. Pero las protestas continuaron, de nuevo se asaltaron iglesias y conventos, y la polarización entre izquierdas y derechas se hizo cada vez más palpable.

El levantamiento militar del 18 de julio no prendió en Valencia, pues ante la actitud indecisa de los militares, los milicianos del Comité Ejecutivo Popular asaltaron los cuarteles y se hicieron con el control de la ciudad. Durante unos meses se vivió en un ambiente revolucionario, paulatinamente neutralizado desde el gobierno. La marcha de la contienda bélica aconsejó trasladar la capital de la República a Valencia en noviembre de 1937: el gobierno se instaló en el palacio de Benicarló, y los ministerios ocuparon señalados palacios. La ciudad fue intensamente bombardeada por aire y por mar, lo que llevó a la construcción de más de doscientos refugios para proteger a la población. El 30 de marzo de 1939 Valencia se rindió y las tropas nacionales hicieron su entrada en ella.

El advenimiento de la Dictadura provocó un cambio radical: se prohibieron los partidos políticos, se inició una severa represión ideológica, la administración recuperó las competencias anteriores a la guerra y la iglesia abanderó el rearme moral de la sociedad. La autarquía económica provocó una profunda crisis y el desabastecimiento de los mercados: los racionamientos y el estraperlo se impusieron durante más de una década. Para colmo de desgracias, el 14 de octubre de 1957 el Turia se desbordó en la peor riada de su Historia.

A principios de los sesenta se inició la recuperación económica, que Valencia vivió con un espectacular crecimiento demográfico debido a la inmigración y con la ejecución de importantes obras urbanísticas y de infraestructuras. Se puso en marcha el Plan Sur para construir un cauce alternativo al río Turia que evitara futuros desbordamientos, se mejoraron los accesos y se iniciaron reformas interiores, cambiando la fisonomía de algunas plazas destacadas (como la del Ayuntamiento o la de la Reina) y abriendo calles (Poeta Querol). La ciudad creció, se diseñaron nuevos barrios en la periferia y se trazaron nuevas avenidas. El ritmo de vida mejoró: llegó el seiscientos y la televisión.

A la muerte del general Franco en 1975 se inició el proceso de transición democrática y el posterior de transferencia de competencias a la Comunidad Valenciana. La noche del 23 de febrero de 1981, sin embargo, estuvieron a punto de truncarse ambos por la intentona golpista que, desde Valencia, lideró el capitán general Milans del Bosch, afortunadamente fracasada. La democracia propició la recuperación de la lengua y la cultura valenciana, aunque no se pudo evitar cierta crispación social en torno a los simbolos.

En las dos últimas décadas Valencia ha cambiado de cara. Proyectos emblemáticos, como el Jardín del Turia, el IVAM, el Palau de la Música o el de Congresos, el metro, o la Ciudad de las Ciencias, han identificado a los valencianos con su ciudad y están atrayendo cada día más y más turismo. Pero, junto a ellos, son las infraestructuras y los servicios los que convierten a Valencia en una urbe moderna, una ciudad que afronta el futuro con optimismo, consciente de los retos que tiene delante (el crecimiento sostenible, los cambios sociales, la revitalización del centro y de los barrios históricos, la coordinación con los municipios de su entorno) pero firmemente asentada en una destacada posición dentro de España y de Europa.