miércoles, 7 de septiembre de 2011

¿Qué son los Celos?

LOS CELOS
Los celos son emociones naturales en nuestra sociedad, como el odio o el amor, son la emoción que manifiesta la ansiedad ante la posible pérdida de nuestra necesaria figura de apego. Todos hemos oído hablar de ellos, los hemos padecido o experimentado alguna vez, pero ¿realmente sabemos por qué?
Si analizamos los celos dentro del marco de la Psicología de la Emoción, o Emocional, encontramos que éstos se hallan dentro de las denominadas emociones complejas. Aclarando tal término, una emoción simple (Stanley) es el resultado que evoca un objeto o situación bajo un solo aspecto no ambiguo. Una emoción compleja es una mezcla de muchas emociones, todas encaminadas hacia el mismo objeto, pero evocadas por varios y frecuentemente contradictorios. De tal modo, una emoción como los celos incluye el amor (emoción simple), el miedo a la pérdida (emoción simple) y la ira (emoción simple) todas ellas bañadas por un marcado componente situacional.
En la sociedad contemporánea en la que nos ha tocado vivir, éstos se hallan en todos los momentos de nuestra vida. No hemos de ceñirnos en su mero componente afectivo-amoroso, los celos también están presentes en otros muchos momentos como en las rivalidades profesionales o sin ir mucho más lejos, en la competencia política.
Ahora bien, de dónde surgen estos sentimientos. Muchas teorías y muchos afamados investigadores han ahondado al respecto. Las diversas teorías psicológicas apuntan al hecho de que éstos podrían comenzar en la infancia más temprana.
Ya Freud habló del hecho de que este sentimiento se inicia tan pronto como el niño percibe que su madre es una realidad externa a él. En la niña, sin embargo, y siempre en palabras de Freud, comienza a los tres años, y su elemento de fijación sería el padre. Convirtiéndose de tal modo la madre en una rival. Este proceso conocido como Complejo de Edipo y Complejo de Electra respectivamente, sería común a todos los niños, aún siendo su intensidad y evolución diferentes en cada uno de ellos.
Cuando esta situación edípica es mal resuelta, los celos en un principio “normales” comunes en varias especies, desembocan en una situación patológica, es decir, los celos patológicos o delirio celotípico (Jaspers). Por ello es necesario que los padres adopten una postura comprehensiva y atenuante de tal situación.
Ya en la adolescencia Y en la vida adulta, el término celos nos evoca indiscutiblemente hacia los celos amorosos. Pero tal y como se menciona al comienzo del artículo, éstos experimentan otras muchas variantes como los celos profesionales, sociales, artísticos …
Ahora bien, cuando estos celos alcanzan lo patológico y entramos por tanto en el Delirio Celotípico su magnitud ha de ser (tomada con suma cautela. Es difícil indicar cuándo o en qué momento los celos se : convierten en celotípicos. La teoría nos indica que debería considerarse patológico tal sentimiento a partir del momento en el que hace sufrir al sujeto. Cuando la situación que ha despertado los celos se instaura permanentemente en la mente del sujeto desplazando otros pensamientos o prevaleciendo insistentemente sobre ellos es entonces cuando podemos hablar de los celos como patología.
Si bien ya sabemos lo que son, y cómo se originan, la pregunta natural que suscita el guión del tema aquí tratado nos reconduce indispensablemente hacia cuál sería la posible prevención y tratamiento de los mismos. Hablar de prevención en dichos términos resulta inapropiado por su condición universal. Sin embargo dado que posee fuertes componentes educativos y culturales es necesario recalcar desde aquí la labor importantísima en este campo, y por ende, en otros muchos, que desempeñan y desarrollan los padres desde su labor educativa en los primeros años de la vida del niño. (www.consultatarotdelamor.es)
Cuando éstos se han desarrollado, y llegan a ser patológicos, el tratamiento pasa por un abordaje sistémico de trabajo psicológico cognitivo conductual que han de llevar a cabo expertos y profesionales.
La educación del individuo en valores de tolerancia, respeto y vida afectiva y en comunidad es el mejor antídoto para los celos y para otros muchos males de la sociedad. El comienzo del cambio reside en nosotros mismos. 

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